Sobre el amor, los príncipes y él.

Podría resumir esta entrada en una sola frase: “con el destino nunca se está tranquilo, pero si tú me llamas me voy contigo”.  

Dos días después de escribir sobre “el amor y la razón” mi pareja y yo terminamos, pese a nuestro trato caímos en el inevitable discurso de despedida, las culpas ajenas y los trapitos al sol, “yo hice” “yo doy” “yo pido”, el inevitable YO que somete en las relaciones, durante una noche no pare de llorar, de decirme a mí misma, es lo mejor que puedes hacer, no te puedes permitir decaer, de amor nadie se muere…

Y si, es verdad, de amor solo se murió Julieta y por tonta.  Ni soy Julieta ni pretendo serlo, solo soy yo, la que por primera vez en su vida se quedo abrazada en la cama de un motel con alguien, tenía la extraña costumbre de levantarme, vestirme y salir del cuarto después de tener sexo, sin importar cuantos años lleváramos juntos.  La primera noche que él y yo dormimos juntos me desperté a las 4 de la mañana, estaba vistiéndome cuando él me pidió que me acostara, me abrazo y desde ese entonces, con el único que quiero amanecer es con él. 

Suena muy romántico, pero de romance se más bien poco, como de todo lo que escribo en este Blog, -recuerdan que les dije que esta era una herramienta para encontrar algo, respuestas tal vez- .  Él y yo nos conocimos en un mismo círculo de amigos, cada uno tenía una relación de años a cuestas, esta fotografía fue la primera de muchas que nos tomaron juntos y esta fue la segunda noche que nos escapamos en las narices de nuestras parejas para terminar pasando la noche a escondidas de todos. 

Todo se dio muy rápido, en menos de quince días ya había dormido con él varias veces, yo había dejado una relación de cuatro años y él una de casi tres, en menos de quince días yo quede como la mala de la relación y él como el peor de los hombres.  Así fue todo y así sigue siendo después de dos años, lo curioso es que sus amigos me quieren y los míos ni que decir.  Así mismo, como todo se dio rápido vivimos muchas cosas en muy poco tiempo, creo que los dos estábamos ahogados en nuestras relaciones, el no podía ser el hombre que le gusta ser y yo…Por ahí dicen que es mejor no nombrar a los muertos porque reviven y que la vida no permita revivir mis cuatro años de relación. 

No crean que no leo sus comentarios, gracias por leerme, gracias por opinar,  es verdad lo que dicen, el mundo se nos escapa y con el nuestro amor, vivimos pensando como dice “Sanli” en un amor de cuento, queremos el man o la nena perfectos a nuestro lado y nosotros somos la imperfección en pasta, yo agobié a este man con mis reclamos y el dejo de hacer todo cuanto le pedí, el y yo discretamente nos jodimos la vida, nos hicimos reclamos silenciosos y dejamos de vivir la relación que tanto nos costó sacar a la luz. Pero al final del día, me llamo y como dice la frase al principio del texto, si bien no es culpa del destino yo decidí irme con él.  

No tengo la menor idea de que va a pasar mañana, pero estoy segura que todo debe volver al principio, cuando le decía a mi mejor amiga que la relación no duraría más de un mes, cuando él me llamaba solo porque quería verme y cuando yo solo me preocupaba por sonreírle con mis horrendos brakets. Está bien como dices, superar el paradigma del “para siempre” justo eso es lo que él y yo queremos, pasamos de decir, esto no dura más de un mes, a decir, quiero que vivamos juntos, ahora le digo, no nos jodamos la vida, vivamos la relación dándonos besos en el peor bar de la esquina, llamémonos solo cuando nos queramos llamar y hagamos de cuenta que esto no va para ningún lado. Puede ser que no camine a ningún lado, puede ser que la próxima semana ya no lo llame, pero lo que sí es seguro es que yo no seré como su ex y el no será como el mío. ESO, EL Y YO LO PODEMOS JURAR!!!

Sobre lo femenino, las pulgas y el cabello !!!

Una de mis profesoras más queridas suele decir, “Cada quien mata sus pulgas como puede y como quiere”… 

Tengo muchas pulgas que matar, no lo puedo negar, en este momento mi pulga mayor es la feminidad.  He pensado tanto sobre el tema, que más bien lo he vivido poco, hace algunos días me sorprendí a mi misma frente al espejo maquillándome después de muchos años, en secreto mientras mi madre dormía entre a su cuarto y le robe la cartera de maquillaje, digo en secreto porque quise evitar a toda costa una de esas charlas sobre belleza que tanto odio, sin embargo no pude, aprender a hacerse la línea del parpado en un tutorial youtubeado es tan practico como aprender a hacer sexo oral de la misma forma, perdón si mis palabras la apabullan querida lectora, pero por consejo de mi tutora sobre este proyecto virtual no hay mejor forma de llegar al punto que la honestidad y así soy yo, desparpajada y poco discreta en mi forma de hablar y de vestir y de…En fin,  regreso al punto, me estaba maquillando, como ya lo dije youtube puede enseñar de todo, sin embargo, solo en la práctica y en el eterno error se aprende. 
Sin más remedio como una quinceañera recurrí a mi mejor opción, “Mamaaaa” ella orgullosa de ver a su pequeña maquillándose me explico cómo hacerlo, me dijo que con practica todo se podía, incluso verme bien, después de casi una hora de maquillaje termine en un segundo de descuido restregándolo todo por mi cara, de nuevo no quedo más remedio que usar el mismo labial y mis mejores aretes para cumplir mi cometido, Verme como una chica. 

Qué tienen que ver las pulgas y mi cabello en todo esto?.  Pues bien, hace ya varios días  decidí cortarme el cabello con una ayudante poco efectiva, como se podrán imaginar termino en un terrible corte, un llamado de auxilio a mi pareja para que me llevara a un salón de belleza y  un trauma que hasta ahora estoy superando.   Calvita, así me dicen ahora mis amigos, pero quedaste linda dicen algunos y otros con una sinceridad brutal me preguntan que carajos hice. 

Gracias a este error he experimentado una necesidad por verme y sentirme femenina como nunca antes, el cabello quedo tan corto, prácticamente inexistente que mi chaqueta pintada con “vivan las chicas”  y mis aretes de brazos de barbies sangrientas no son lo que yo llamaría suficientemente femenino, no puedo decir con claridad porque me preocupa verme como una chica, mi trasero y mi busto confirman mi naturaleza, mi voz chillona y mi cara de niña también, es como si fuera necesario reconocer en mi algo que para los otros puede ser obvio, ¿Se ha sentido así alguna vez, poco femenina y siente que es necesario reforzarlo con algo?.

Hace algunas noches en una de esas largas farras de bar de metal le preguntaron a un amigo si la chica ruda era su novia, desde ese momento volví a sentirme yo de nuevo, reconocí en mi ese aspecto de rudeza que me otorga mi estética, me vi como tanto me gusta pues ya estaba un poco cansada de usar aretes largos, labial brillante y pulseras.

Aunque desparpajada, imprudente y feminista como cualquier mujer necesito sentirme mujer, como sea que eso se sienta, la feminidad al fin de cuentas puede o no ser mostrada con un delineador de ojos, con el cabello rapado o simplemente con unos cucos de corazones.  Qué la hace sentir a usted femenina, qué la convierte en lo que llaman una mujer de verdad, se apega como yo a la mirada de otros, o simplemente pasa por el espejo para ver que todo esté en su lugar y sale a la calle segura de ser justo la mujer que le gusta ser?...

El amor y la razón.

La precariedad del amor es tanta que un día sin darte cuenta son las 9 de la noche y estas frente un computador tratando de descubrir que salió mal en la relación.  Analizando mis relaciones me di cuenta, como escribí hace poco, que nunca había tenido mejor relación que la actual, sin embargo esta noche estoy decidida a terminarla y a evitar que las lágrimas que en este momento caen empañen mi razón.
Probablemente se estará preguntando que puede salir mal en tan poco tiempo, que puede afectar una relación que públicamente se declara como funcional. Durante dos años hemos sido “los locos del parche”, el mechudo con ideas raras y la feminista graciosa. Durante dos años la gente nos ha dicho lo bien que nos vemos juntos, la perfección de pareja que somos y nosotros nos hemos divertido, incluso cuando el tenia novia y yo también, sin embargo hoy me pregunto qué caso tiene seguir juntos.

El sexo que al principio era salvaje y habitual se convirtió en el terrible cada ocho días y cada que se puede, eso sí, siempre ha sido bueno, las llamadas diarias que deje de hacer él las multiplico, sin embargo no duran más de 10 minutos cuando pasábamos horas al teléfono, los detalles son raros, los regalos escasos y los te quiero suenan vagos y faltos de sinceridad.  He decidido que se termine porque estoy cansada de ceder, de “sé que no tienes tiempo” “no te preocupes algo nos inventaremos” y todos los intentos de estar en el lugar del otro. Sé que él está agotado de mis inseguridades, de reclamarle por cosas que seguramente aparte de la virtualidad nunca pasan a los hechos, se que está cansado de ver como mis lagrimas empañan su tranquilidad y mis reclamos se hacen cada vez más frecuentes.
Pero yo estoy cansada de él, de sus silencios cuando discutimos, cansada de vivir pensando en un nosotros cuando el solo piensa en un yo, bueno, ahora que lo pienso, no tengo la mas mínima idea de que piensa, ¿Qué piensas ahora que lees esto? Estoy cansada de joderle la vida y que él, silenciosa y discretamente joda la mía sin darse cuenta.  Seguramente pensara usted, eso le pasa a todo el mundo, no es gran lio, pues permítame decirle que si lo es, porqué la insistencia de la gente a llevar todo hasta las últimas consecuencias, porque esperar a que todo termine trágicamente y evitar darle un lugar a la razón en medio de tanto drama y lloradera.

Quiero evitar lo inevitable, el odio, quiero recordar esta como una buena etapa, verlo en la calle y decirle que fui muy feliz a su lado, que pese a todo me enamore y lo disfrute, quiero evitar reclamos sobre imposibles, al fin de cuentas es probable que quisiera un príncipe y no un sapo y es probable que el quisiera seguir el largo camino de las relaciones fáciles donde no hay lugar a la duda y mucho menos a la razón.
Este escrito claramente lo hago para el blog, pero también para dejarme y dejarle ir en prosa, para que mis lágrimas sirvan de algo y para que él entienda que es el final, sin discusiones, sin charlas, porque no se me hace necesario prolongar más lo que debe terminar.

Sobre lo femenino


Yo soy Pimienta, así me dicen y así me gusta que me llamen. 
Crecí en una familia típicamente Antioqueña, modesta y regida en su mayoría por un matriarcado de mujeres católicas y muy conservadoras.  Uno de mis recuerdos más fuertes fue una de mis últimas visitas a Medellín, después de mucho tiempo de separación de mi papá, recuerdo que estaba alistándome para salir con él y su esposa, estando frente al espejo me dijo: Porqué no eres femenina como tu mamá, le pregunte qué era eso de femenina y me respondió decisivamente que las mujeres femeninas usaban perfume, maquillaje, aretes y faldas… 


Hoy ad portas de cumplir 23 años me sigo preguntando sobre la feminidad, he cambiado mi estética tanto como he querido, me he tatuado, perforado y he pintado mi cabello año tras año, todo en el intento de confundir esa feminidad que tanto salta a la vista.
                                              
Toda la vida me he considerado una mujer poco femenina, con ademanes masculinos que ni el juego con las Barbies o el sueño de convertirme en cenicienta pudieron borrar.
 Mi familia se encargo de vestirme de rosado, hacerme colitas y decirme que las niñas lindas como yo debían sonreír siempre, “no seas odiosa” decían siempre que no respondía al comportamiento de una señorita. Caso peculiar el de una de mis familiares y yo, aunque contemporáneas siempre dijeron que yo era más femenina que ella, mis aretes y faldas así lo comprobaban, a veces un poco de labial para levantar chico y la coqueta sonrisa me hacía ver como una chica femenina, aunque debajo de la ropa hubieran tatuajes de calaveras o pentagramas y es que aun con botas punteras, cabello de colores o lo que quisiera ponerme no lograba cambiar la forma en que la gente me veía.


Ella pocas veces usaba faldas y nunca se maquillaba, sin embargo, la forma perfecta de sentarse y el tono de su voz suave hacían de ella –a mi modo de ver- la chica más dulce y femenina.  Yo era tosca, ella dulce, yo decía groserías, ella decía por favor, yo brincaba las rejas de las casas abandonadas de mi barrio y ella escalaba o hacia danza, mientras yo era la revoltosa de la familia ella era el ejemplo a seguir… Son muchas las diferencias entre ella y yo, la amo porque es maravillosa y aunque las diferencias todavía son muy marcadas creo que ella como yo se debate entre la chica tierna y femenina y la mujer independiente y ruda, son esas las dicotomías que aparecen cuando compras ropa de femme fatale o de universitaria intelectual, dicotomías que quiéralo o no terminan uniéndonos en la discusión de lo que somos, pues es a mí a la que llama para hacerse un corte raro, comprar algo atrevido o simplemente contarme sobre su vida.





la intimidad

Siempre he pensado que la intimidad es un acto compartido, aun en el corto periodo de mi niñez en el que viví con la familia de mi padre disfrutaba escribiendo cosas en mi diario a sabiendas de que serian leídas por mi abuela y mi tía.  Siempre he escrito en diarios y nunca me ha importado que los lean, aun sin mi consentimiento, supongo que me acostumbre a la idea de ser leída por otros.  Así funciona la cosa, de la misma forma en que mi vida es observada por otros mientras la vivo, así funciona en facebook o en estos blogs, mostramos al mundo lo que queremos que vean de nosotros, colgamos las fotos del paseo,   el cumpleaños de alguien e incluso, las más atrevidas se muestran a sí mismas en poca ropa.  Algunos lo hacen y les gusta,  otros prefieren ser  voyeristas de la vida del prójimo.
Nuestra intimidad no es tan intima, la compartimos cuando comentamos sobre los resultados de la citología, el tamaño del pene de nuestra pareja e incluso la faena de la noche anterior.  Pero susurramos al oído de nuestras amigas cuando necesitamos papel higiénico o una toalla sanitaria, cuando tenemos cólicos o incluso ante un insospechado retraso menstrual. Decidimos que contar y que no, mostramos lo que queremos y vemos más de lo que otros quieren que veamos.

Por mi parte no me molesta decir con cuantos hombres o mujeres me he acostado, sin temor confieso que cada nueva pareja en mi vida merece un cambio total de ropa intima, pruebo que les gusta y que no, me enamora la idea de cambiar para otros, tengo rituales propios de una mujer sobre mis uñas, cabello y las más intimas de mis partes físicas.  Tengo rituales como casi cualquiera de las mujeres que conozco, alguna vez escuche de una mujer que jamás se maquillaba sin embargo cada día después de bañarse ungía un tipo de aceite sobre todo su cuerpo, mi mejor amiga tampoco se maquilla, pareciera por su aspecto que no se preocupa demasiado por su apariencia, sin embargo, se teje sus dreadlocks con la paciencia de una reina de belleza.

Me apasiona saber sobre los rituales más íntimos de las mujeres, rescatarlos y ponerlos sobre la mesa para discutirlos.  Quién es completamente dueño de su intimidad, quién puede juzgarla o apoderarse de ella, yo solo quiero saber algo de otros, así como otros saben algo de mí.

Responde por favor:
1. Que rituales tienes?
2. Que consideras como intimo?

y el amor

El hombre que yo quisiera tener sé que existe, pero no para mi, INTELIGENTE, que le guste leer, escribir, “pensar”, y sobre todo que si no le gusta algo del mundo o de mí, no le importe decirlo, que no le tema al mundo, que se coma los problemas, los trague, los digiera, y los cague sin temor, sin mayor dilema, lindo físicamente, intelectualmente, no un vago.  Que trabaje o estudie y sobre todo, que me quiera o me ame igual, ni más ni menos que yo, que se parezca a mí, lleno de vida, insatisfecho de emociones y de amor.
Fragmento de mi diario, edad 15 años.  “sobre el amor”


Lo primero que pensé cuando leí este fragmento de mi diario fue, “carajo si me crie con cuentos de príncipes azules”.  Sobre el amor poco puedo decir pues es un sentimiento vagamente conocido por mí, puedo hablar de enamoramientos y relaciones tortuosas, no como las de las novelas, pero sí bastante tediosas y duraderas.  Relaciones como las de mis padres, llenas de malos tratos y probablemente infidelidades, relaciones como las de mis amigos, malos tratos e infidelidades, como las mías, excelentes tratos y múltiples infidelidades por parte y parte.


El amor y sus presentaciones en frascos defectuosos y hasta mal exhibidos son algo de lo que poco se, pero cómo se manifiesta este semiento, con una entrega ciega, total y eterna como en los cuentos de príncipes y princesas, o más bien con una entrega incompleta, a la espera de el todo por el todo, siempre –claro está- por parte del otro, esperando la fidelidad que no aplicamos y la belleza que ni siquiera poseemos.  Nunca he estado con príncipes, he salido con hombres bellos y sumamente tontos, feos e intelectuales y un poco de los dos con un agregado, “polvos fatales”.  Si me preguntan la relación más divertida y defectuosa que he tenido hasta ahora ha sido la actual, excelentes polvos, buenos tratos, fidelidad, bueno, nada que puedan probar –por parte y parte- ha durado un par de años y lo mejor de todo fue que se presento en el peor momento, lo que la hizo más excitante e interesante para los dos.


En cuanto al amor, surgen los “Te amo”, “pensemos en un futuro juntos” y “procuremos no jodernos la vida tanto” (nuestro lema de pareja), el amor en este caso no fue con un príncipe sino mas bien con un sapo, con el sapo de otra, por qué negarlo, cuando se presenta la oportunidad de escoger un sapo entre príncipes, no lo dudes, escoge el sapo, seguramente el príncipe será torpe y a la larga se convertirá en sapo, mientras tanto besa al sapo que tienes al lado, quien quita que con el tiempo se convierta en un príncipe que aunque no anda a caballo o no tiene los ojos azules servirá para calentar la cama y el corazón.