Sobre la intimidad y La depresión

Hay muchas cosas que hacen parte de mi cotidianidad o de mi intimidad, que me gustaría cambiar; el nocivo habito de fumar, de decir groserías, de ser tan alzada, conseguir con urgencia un trabajo donde no me jodan por mi estética y finalmente retomar la vida vegetariana  que  me hacia tan feliz, pero sobre todas las cosas la principal cosa que quiero sacar de mi vida se llama FLUOXETINA.

La fluoxetina o Prozac es un antidepresivo para controlar la ansiedad y entre muchos otros usos médicos el principal es el control como su nombre lo dice de la depresión en sus primeros síntomas.  Hace poco más de un mes vengo tomando estas pequeñas pildorillas azules, que no solo me hacen sentir mejor sino que también de una forma extraña me hacen sentir impotente.

Durante varios años una enfermedad leve, común en las mujeres,  pero pesimamente diagnosticada por el sistema de salud colombiano y sus incompetentes médicos –ojo, sin ánimo de generalizar- fue la cuna de mis males actuales, gracias a esto mi sistema nervioso dio un brinco y se manifestó en su peor forma, las citas con mi pareja en la sala de urgencias se hicieron mas constantes y por supuesto la pregunta de todos al verme ¿estás enferma? Me llevo a pedir una segunda y tercera opinión médica.  

La impotencia de la que hablo no hace referencia a mi sintomatología física, que debo decir, junto al tratamiento médico para los síntomas,  la fluoxetina es el menor de mis problemas, la impotencia se debe más bien a no poder entender que me pasaba por la cabeza para estar deprimida, deprimida de qué y a cuenta de quién? , por haber terminado con mi pareja, por el estrés que acarrea tener una beca, falta de dinero, la tortura en transmilenio, la fiesta a la que no pude ir, el polvo que me quede con ganas de tener, el portátil que no necesito y quiero tener …

Mierda!!!, depresión por qué, si todo el mundo tiene malos días o quiere cosas que seguramente le costará mucho trabajo obtener, eso no es nuevo, entonces, qué carajos me pasa?.  Indiscutiblemente mi vida “por el momento” mejoro sustancialmente gracias a las dichosas pildoritas, mi genio cambio, necesitaba que mi alma respirara un poco, sorpresivamente mi cabeza siguió funcionando a la perfección y aparte del constante sueño en las tardes y los fuertes mareos momentáneos mi vida no cambio de forma abrupta, me gusta pensar que es un efecto placebo y que me comí el cuento, que esta es una píldora azul llena de azúcar y que no le hace daño a mi cerebro, me gusta pensar que lo necesitaba y que  seguramente cuando termine la cantidad recetada nunca en mi vida volveré a necesitarlas.

Sin embargo, aunque ahora entiendo que lo mío fue hormonal , completamente justificado y no una cruel locura momentánea no puedo evitar preguntarme qué va a pasar cuando deje de tomarlas, me queda una semana con ellas y luego nunca más volveré a tomarlas, pero, qué pasara con la relación con mi pareja que pareciera cuestión de meses donde el sexo volvió a ser fantástico, las conversaciones fluidas y la meloseria el pan de cada día, qué pasara con las horrendas pesadillas que ya no tengo, con la sonrisa que respondo a la pregunta ¿estás enferma?, que pasara con todo lo que pareció solucionarse.  Aunque si, me preocupa sobre manera perder la tranquilidad que ahora tengo creo que también me sirvió darme cuenta que algo no andaba bien, fue un duro detonante, fue complejo entender que mi mal genio cotidiano ya no era una cosa pasajera sino algo para tomar en serio, que mi relación con el mundo probablemente no era la mejor y que aunque no lo crea, hay cosas que el cerebro por sí solo no puede manejar.

Me sirvió porque ahora hago yoga, tomo agua de manzanilla y me convertí de alguna forma en una persona más tranquila,  volví a ser desparpajada y a no preocuparme por tantas cosas tontas, volví a ser la mujer que me gusta ser, espero que la larga reflexión, el yoga y las asquerosas agüitas de matas me sirvan para algo más que ser una universitaria hipster con pinta de artista.  

Espero haber aprendido algo de tanto químico…